domingo, 3 de julio de 2011

EL TIEMPO Y LA SUPERVIVENCIA EN TÉRMINOS HUMANOS


    Es cierto que hace apenas una o dos generaciones costaría ver a tanta población absolutamente formada y preparada para iniciar extraordinarias carreras profesionales.  Hace apenas 60 ó 30 años no se necesitaban profesionales sobradamente cualificados, quizás por ello, tampoco se tenía especial afán en cualificar a la gente. Uno es útil en base a la demanda de su sociedad, es decir, en base a lo que puede aportar a su grupo. De esta manera,  se puede ser muy bueno en algo, pero si ese algo no se estima como necesario, el valor de uno disminuye.  



    De hecho la problemática que se está planteando actualmente es “qué profesiones serán necesarias dentro de 30 ó 60 años” porque lo único que sabemos es que los profesionales que demandamos en el presente, no serán los que demandemos en un futuro. Ni de igual manera se demandarán las mismas actitudes, ni aptitudes, ni talento, ni conocimientos… se dice que 4 de cada 5 alumnos trabajarán en profesiones que aún no existen.



      España es un país con demasiados sobre-cualificados; hablamos en términos brutos de un 36% de población con estudios superiores (30% universitarios y 6% con FP Superior). Es cierto, el sistema no puede con todos ellos, se ha estimulado tantísimo el acceso a la Universidad en los últimos 30 años que la sociedad no los demanda ni ha tenido un crecimiento tan elevado co mo para sustentarlos. Aún así, los datos no son del todo malos, el cierto que a mayor nivel de estudios, mayor posibilidad de encontrar un primer empleo. Siendo las posibilidades claramente beneficiosas para los universitarios con tan solo un 14% de desempleo,  frente al 33% de Bachilleres o 32% de los solamente formados en educación secundaria.


        Analizar tan solo el entorno educativo español recientemente implantado en el marco  europeo del Plan Bolonia en 2010 nos daría para muchas reflexiones. Pero a grandes rasgos podemos sacar conclusiones certeras en planos tales como, que en España hay demasiados abandonos escolares con el 33% de fracaso escolar, que igualmente existe escasa integración de los inmigrantes en los programas educativos y todavía siguen siendo protagonistas de un elevado número de conflictos en las aulas con profesores y compañeros. También habría que destacar la poca cualificación o especialización real que ayude a los jóvenes a ubicarse certeramente en un buen puesto de trabajo o que se vean con expectativas sobradas para montar por sí mismos sus propias iniciativas empresariales. Por la parte más alta de la pirámide nos encontramos con un ingente número de sobrecualificados que no encuentran un trabajo acorde a su nivel de estudios o formación, lo que resalta el especial panorama competitivo que vemos a día de hoy entre los jóvenes españoles.
    

    Aún así, aunque tengamos individuos muy tecnificados cualificados o dotados, no tenemos un sistema que los ampare ni que los necesite. Hay menores índices de paro porque proporcionalmente son menos y especialmente en tiempos de crisis quizás se puedan adecuar más fácilmente (o con más oportunidades) al mercado laboral.

     Pero quizás haya que analizar pormenorizadamente qué es lo que hay que hacer y cómo hay que hacerlo para llevar una vida digna. Y entonces ¿qué es una vida digna? ¿Cuáles son los objetivos vitales que se establecen como prioritarios o necesarios para el normal desarrollo de la sociedad?:

1) Una vivienda media de 2 ó 3 habitaciones. 
2) Un vehículo por persona.
3) Alimentación diaria de calidad media-alta. 
4) Acceso a educación, servicios sociales, sanidad, seguridad, etc.
5) Acceso al mantenimiento económico de uno o dos hijos por pareja.
6) Acceso a la formación continua para poder seguir siendo competitivo en el ámbito profesional.
7) Acceso al ocio y al deporte, al tiempo libre para su desarrollo personal.


    ¿Qué tiene que dar de sí a día de hoy un profesional para obtener un sueldo medio de 1500-1800 euros? ¿Cuánto debe formarse y especializarse? ¿Qué competencias a nivel personal y profesional debe desarrollar? ¿Cuántas horas debe de trabajar? ¿Cuál sería la vida modelo para referirnos a una pareja del S XXI en un país desarrollado?

    Pensemos en una pareja promedio que tratará de ejemplificar el modelo de vida familiar en nuestro país. La familia es la base de la sociedad, así que revivamos sus necesidades y anhelos en una visión gráfica.

Persona con estudios superiores y especialización en un área: implica estudiar hasta los 23-25 años como mínimo. Formación de posgrado durante 1 años o dos más. Implicación con su profesión y con la superación personal.

 1) Jornada laboral de 8 horas: de 8 de la mañana a 5 de la tarde con una hora para comer. Excesiva si se desea tener familia.
 2) 1 a 2 horas al día en transporte (entrega y recogida de niños, ida y vuelta del trabajo, médico, visitas familia y amigos, compra, etc).
 3) 1 a 2 horas al día labores del hogar (limpieza, cocina, lavadora, plancha, etc).
 4) 2 a 10 horas semanales de formación (máster, estudios online, idiomas, etc)
 5) 1 a 6 horas semanales para compras (alimentación, ropa, calzado)
 6) 25 a 50 horas semanales de tiempo de educación y juego con los niños
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           ¿Qué porcentaje de tiempo nos queda para reflexionar, innovar, crear, disfrutar o simplemente procurar ser más felices? Hemos tecnificado tanto el tiempo que creemos podemos asumir la jornada laboral imperante de hace 3 ó 6 décadas cuando los niveles de exigencia o la convivencia en familia era muy diferentes. Simplemente no se puede dedicar el mismo tiempo al trabajo que cuando la mujer se encargaba de todas las labores del hogar, compras y cuidado de los niños que cuando dichas tareas son asumidas por ambas partes de una pareja trabajadora.

    Tampoco se cuenta que cada vez el nivel de exigencia en la vida profesional es muy superior, la empresa pocas veces opta por la formación de su plantilla, quiere el “producto terminado” en base a formación, idiomas, competencias personales, talento, creatividad, etc.  


    Simplemente no es viable mantener sueldos tan bajos para trabajadores muy cualificados ni postergable jornadas habituales de 8 horas si se desea renovar constantemente la cualificación de nuestros trabajadores en base a una formación continua (máster, cursos, desarrollo de habilidades) para hacerlos más competitivos.

 

   España se basa en un sistema anti-familia que se ha nutrido hasta ahora de unos jóvenes dispuestos a trabajar mucho y muy bien por poco dinero, pero es del todo inviable si se desea crear una estructura familiar, precisamente la base de cualquier Estado




    No se apuesta por modelos biológicamente compatibles con la vida y a la triste media actual de 1,4 hijos por mujer (necesitaríamos 2,1 para sustituir a la anterior generación), no da para garantizar la Democracia del bienestar que hemos vivido y nos han vendido hasta ahora.  


    El equilibrio se rompe poco a poco y si no se implantan algunas medidas a corto-medio plazo (5 a 7 años), las consecuencias serán mucho más tremendas de lo que podamos imaginar. Aquí algunas ideas para mejorar y postergar nuestra “continuidad vital” en términos óptimos:

1) Reducción de jornada laboral a 7 horas sin reducción  de sueldo (Se implantó en Francia en 1997 y en apenas 5 años crearon 400.000 puestos de trabajo y se aumentó sustancialmente la competitividad).

2) Jornada laboral de 5-6 horas por cuidado de hijos menores a tres años o compatibilidad con formación. El Estado debería estar preparado para subvencionar el 50% del salario y la empresa otro 25% (perdiendo un máximo de 25% de poder adquisitivo).

3) Remuneración de parte del sueldo en bienes y servicios directos desde la empresa (10%-30%) en cuestión de viajes o artículos gestionados a través de la empresa para incentivar el consumo interno del país y el ocio entre los trabajadores.

4) No tocar los salarios mínimos, son muy bajos y más aún previendo altas inflaciones que no subirán acorde a los sueldos (se prevé una subida del 3,5% de los precios por la inflación y solo se ha pactado la subida del 2,5 en los sueldos para 2011).

5) Aumentar el sueldo variable en función de productividad del trabajador (entre un 30-50% adicional a su sueldo) o en base a la buena marcha de la empresa (10-30% de incremento de sueldo en función de los beneficios globales).

6) Mayor oferta formativa subvencionada y especializada para trabajadores en todo tipo de competencias y conocimientos.

7) Mayor impulso del establecimiento y crecimiento PYMES (cursos, asesoramiento, financiación, premios, consolidación de mentalidad de emprendimiento desde la infancia, etc).

8) Mayor implicación del Estado para subvencionar gastos de los hijos. Cheques mensuales de 400-600 euros por hijo menor de 3 años. De entre 200-400 hasta los 18 años.

9) Cheques de rendimiento estudiantil para los jóvenes mayores de 12 años en base a sus buenas notas.

10) Promoción de competencias sociales y emocionales desde la infancia (respeto, autoestima, capacidad crítica, empatía, resistencia al estrés, distribución del tiempo, fomento de relaciones sociales, etc).


      Si aplicamos medidas como éstas tendremos garantizada nuestra "viabilidad vital" en términos de progreso y crecimiento humanos, siguiendo la estela que nos deja el pasado para un futuro cada vez más alentador y esperanzador para un mayor número de personas.