lunes, 17 de enero de 2011

BENEFICIO EMOCIONAL FRENTE AL BENEFICIO ECONÓMICO


Sabemos que las necesidades humanas no tienen límites… con el tiempo vamos cubriendo todos los flancos de la materialidad… pero ¿qué pasa con claves tales como  la “espiritualidad” o el “sentimiento de pertenencia”? ¿Por qué se nos olvidan?

    El dinero y los medios materiales tienen un límite y antes de llegar a ese límite es básico que debamos controlarlos, pues si no, éstos no tendrían parangón. Una persona (empleado) puede querer acumular innumerables bienes materiales para sentirse “más completo” pero aquí es donde toca aplicar la “Teoría de los Medios Inmateriales”. Esta teoría basa su efectividad en el reconocimiento de los valores humanos por encima de los materiales, atestigua que la auténtica felicidad se divulga por la palabra y el entendimiento y no por el dinero. Hemos sido creados para saciar nuestras necesidades, pero las materiales no aglutinan más del 10% frente al 90% de necesidades sociales y éticas que componen nuestra existencia. De ello se desprende que el ser humano es un ente puramente social y de ahí  precisamente, radica nuestro éxito evolutivo como especie. Aquí empieza nuestra responsabilidad como seres humanos, el inicio del camino del pensamiento y meditación acerca de cuán importantes son los recursos emocionales que invaden nuestro entorno y que generamos nosotros mismos y lo verdaderamente efímero del resto, de la “chatarrería colindante”.

         Comprendido y asimilado ésto, podemos discutir múltiples planes para aminorar gastos y mantener un máximo nivel de eficiencia. Cada empleado debe entender que no hay prácticamente nada estable en la vida (biología, mundo, ente viviente) y que su éxito o fracaso radica en la habilidad para adaptarse a nuevas circunstancias. Quizás la opulencia de muchos años atrás sea la causante de la actual situación económica global, pero es entonces, cuando como personas, debemos pensar acerca del aprovechamiento de los recursos que necesitamos y de aquello realmente necesario para nuestro bienestar.

         Reducir el sueldo de los trabajadores es una medida básica y primordial. No se desea sacrificar en medidas de seguridad, porque desde luego lo más importante es la integridad física de todos los empleados, pero es necesario un sacrificio conjunto en materia de retribución. ¿Algo va a cambiar en la vida de cada trabajador contar con 200 ó 600 euros más al mes?, posiblemente no. Pero si pueden cambiar muchas cosas en la vida de los trabajadores si se aplican sistemáticamente medidas de “control de calidad” (traducidas como “control de humanidad”). Sabiendo que la vida avanza hacia un progreso constante y que parte de ese progreso vincula directamente el sentimiento de bienestar y realización humana, se tendrán en cuenta los deseos y necesidades de los empleados como elemento de ESENCIAL relevancia a la hora de trabajar en futuras estrategias.

         No es difícil saber qué le gusta a la gente… a veces basta con preguntar a un buen amigo o familiar acerca de los intereses de esa persona o ser mínimamente observadores. Regalos o propuestas tales como una motocicleta, un viaje inesperado o unos ratos de risas y juegos, pueden resultar claros beneficios para el trabajador. Entender su vida familiar y personal y la TOTAL importancia que tiene en SU BIENESTAR sin duda es la clave. Incentivemos el cuidado de su familia y amigos, otorguemos más tiempo libre y facilidades, compartamos decisiones y hagamos foros de opinión, vinculemos al trabajador con la empresa, tratemos de imitar un sistema familiar que garantice lealtad, cariño y apoyo a cada empleado. Sustentemos los nuevos sistemas productivos en claves de BENEFICIO EMOCIONAL y no tanto en el beneficio económico. Seamos creativos y ante todo preguntemos ¿qué es lo que necesita “realmente” cada persona? ¿Cómo nos gustaría escribir nuestra propia vida? ¿Cómo hacer que la gente viva más y más feliz? - APLIQUÉMOSLO YA - .

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